viernes, 26 de junio de 2009

VOLVER AL ORIGEN Y DESCUBRIR NUESTRO POTENCIAL. I PARTE.

Escrito y desarrollado por Julia Muñoz Fuertes, directora técnica de I+D+I de Shamebalah S.L.
Extraído del libro: “Connotaciones profesionales de una nueva dinámica de vida”, escrito y desarrollado por J. Muñoz Fuertes y J. Cabrelles Sanz, propietarios de Shamebalah S.L. y creadores de las líneas Shambala, CosmoTerapia y Feng Spaces.

Desde que se publicó mi último artículo hasta ahora, han sucedido numerosos cambios tanto a nivel individual, como a nivel social, aunque no todos han salido en los medios de comunicación habituales, pero si se han hecho audibles y visibles.

Desde que esta Crónica de Crisis Anunciada y fabricada por codiciosos sin fronteras, se ha hecho evidente, una gran mayoría de seres humanos han despertado en su interior una gran demanda de autenticidad y honestidad, olvidada tras numerosas cortinas ficticias con señales de humos subliminales, pero no siempre fidedignos a la verdad.

En realidad todo cuanto escribo aquí, es fruto de mi propia experiencia durante estos últimos meses y los evidentes cambios que he podido constatar en distintas-os profesionales de nuestro y otros sectores, que comparten un común denominador: una auténtica revolución interior que se manifiesta en un nuevo enfoque personal y profesional.

Hasta ahora, nos hemos vivido “mecánicamente” en numerosas ocasiones, separando nuestra parte personal de la profesional, o al menos estando plenamente convencidos de ello. Hemos hecho negocios en todo momento, sin parar, porque nuestra programación educacional era esa: primero el trabajo y luego el resto. Y cuando se acababa el trabajo, generalmente poco resto quedaba. Todo lo hemos ido haciendo “copiando” modelos externos, que en la mayoría de ocasiones ni siquiera se adaptaban a nuestras posibilidades y mucho menos a nuestra realidad. Hemos hipotecado nuestras vidas por retener algo que fluye constantemente en nosotros y a través de nosotros: nuestra humanidad.

Desengañémonos de una vez por todas y demos gracias a Dios de que por fin se ha visto el truco que los magos siempre esconden delante de nuestros ojos y nos hemos dado cuenta de que el verdadero secreto de la profesionalidad estriba en potenciar nuestra humanidad y nuestra propia personalidad.

Hasta hace poco aceptábamos nuestra prisión, libremente escogida, pese a que nuestro trabajo se nos hiciera cuesta arriba, y no porque nos faltasen las ganas de realizarlo, sino por todos los obstáculos y ataduras, que precisamente nos frenaban plasmar toda nuestra fresca y particular iniciativa y creatividad. Y cuando llegábamos a nuestros hogares, nos ocupaba más dejarlos en orden, que disfrutar del ambiente familiar o de nuestra propia casa. Evitábamos la comunicación y creíamos que reunirnos alrededor de la televisión era comunicarse.

Hoy cada vez más personas tomamos una sabia elección de vida: retornar al origen, a la simplicidad, a la creatividad, y a la independencia que estas cualidades nos brindan, porque se cimientan en nuestra autoestima, en nuestra autoconfianza, en redescubrirnos como seres sin límites, con grandes capacidades de asimilación y aprendizaje, siempre activos en el aquí y ahora y sobre todo con una gran capacidad de amar, de comprender y de compartirnos. Todos unidos configuramos una infinita cadena compuesta por eslabones y del mismo modo, cuando un eslabón es golpeado, también los demás lo son.

Hasta ahora, nos hemos vivido divididos, individual y colectivamente, luchando los unos contra los otros, centrándonos en nuestras diferencias y no en aquellos aspectos en común que nos reúnen como seres humanos. Nos hemos vivido al margen de nosotros mismos, hacia fuera y no hacia dentro y el problema de vivirnos hacia fuera es que nos olvidamos de quiénes realmente somos y empezamos a creernos que somos todo lo que nos dicen o nos muestran en carteles de anuncios o incluso en las películas y en otros medios.

Un sabio proverbio chino dice: PROCURA VIVIR EN TIEMPOS INTERESANTES. Os garantizo que estos tiempos son muy, pero que muy interesantes e importantes para todos nosotros, tanto a nivel personal y humano como a nivel de transformación profesional, como proyección de nuestra personalidad íntegra.

Cada vez más profesionales que tengo el placer de conocer, me sorprenden enfrentándose a sus viejos miedos y dando sus primeros pasos en colaborar con otras personas y profesionales. Que se abren a una nueva dimensión, modificando sus espacios de trabajo y colocándolos en un segundo orden, porque se han situado a ellas-os mismas-os y a sus familias en un primer orden. Grandes y pequeños, que han optado por abarcar menos, pero disfrutar más de la vida, de la auténtica comunicación, que han reinventado su profesión y su intimidad, jugando de nuevo con sus hijos a juegos que ellos mismos crean. Profesionales que buscan el origen del contacto humano a través de los masajes, con productos cada vez más naturales y que deciden estudiar de nuevo o investigar nuevas formas para mejorar su calidad humana y profesional. Seres que han soltado la codicia, definitivamente y que se reúnen para formar cooperativas, para anunciarse en grupos directos en sus propias zonas de residencia y trabajo.

Cada vez son más las personas profesionales y no las profesionales personas, que poco a poco van surgiendo como luces en la oscuridad, cambiando aspectos, buscando marcas más honestas que no las fuercen sino que las apoyen, buscando vías de apoyo mutuo con otras-os profesionales, intercambiando aparatología, reutilizando herramientas que habían dejado de usar, creando nuevos servicios más ajustados de precios, para ser ecuánimes con su clientela y no atravesar la barrera de la codicia, tan sumamente peligrosa, tan sumamente devoradora de cualidades humanas.

Cada vez son más los que me piden consejo y asesoramiento, para reorientar su profesión desde esa nueva perspectiva humana ante todo. Y con alegría, me hacen volver a redescubrir en cada instante antiguos y sanos patrones de sabia educación positiva, cuando nos decían que hay que compartir y compartirse, que más vale acostarse con la conciencia tranquila y el bolsillo medio lleno, que al revés, con el bolsillo a rebosar y sin conciencia alguna. Que lo importante no es tener y acumular, sino disfrutar aquí y ahora de lo que la vida nos brinda en cada momento.
En esta primera parte de este artículo he querido comentar con vosotros, compartir con todos vosotros, que nos encontramos en una nueva oportunidad de hacer las cosas bien hechas, de volver a lo simple, de desprendernos del consumo caótico e impulsivo que no nos conduce a nada positivo. De aprender a discernir lo que es realmente prioritario de aquello que no lo es en absoluto.

Existen diferentes tipos de fama o renombre: la que se gana con humildad y tesón, siendo uno mismo y actuando siguiendo las pautas de honestidad y valores auténticos y aquella que sólo nos conduce a una perspectiva superflua y vacía y que nos deja una sensación de haber perdido el tiempo, malgastándolo en conseguir las metas que otros nos han situado delante de nuestros propios ojos.

La primera perdura y perdurará siempre. Todos recordamos aquel libro inolvidable, aquella publicación seria y profesional, aquel terapeuta, aquella médico, aquel lampista, aquella periodista... que siempre se arriesgaba y decía la verdad sobre lo que veía..... Esa fama no tiene precio, ni caducidad.

Me siento honrada de vivir este momento y de conocer a verdaderos seres humanos, auténticos profesionales, que me muestran que la elección que realicé hace un cierto tiempo, resulta muy positiva dependiendo simplemente de cómo quieras vivir y vivirte.

En las otras partes de este artículo, me complacerá compartir con vosotros, vías y herramientas que sin duda os resultarán de gran ayuda para darle un giro en primer lugar a vuestra propia individualidad y en segundo lugar a vuestra profesionalidad, desde una nueva y simple perspectiva que sin duda os sorprenderá, tanto como a mí. Hasta pronto.


Julia Muñoz Fuertes

No hay comentarios: